El comunismo es un movimiento político que promueve
la formación de una sociedad sin clases sociales,
donde los medios de producción sean de propiedad común. Esto implica que la
propiedad privada de dichos medios no existiría, lo que llevaría el poder a la
clase trabajadora.
En
su fin último, el comunismo busca la abolición del Estado: si no
existe la propiedad privada de los medios de producción, no existe la
explotación. Por lo tanto, la organización estatal no sería necesaria.
Las
bases del comunismo fueron desarrolladas por Karl
Marx y Friedrich Engels a finales del siglo XIX en libros como “El
capital”. En el siglo XX, el
revolucionario ruso y líder bolchevique Vladimir
Lenin se propuso llevar a la práctica dichas teorías, a
partir de su propia interpretación.
El
comunismo ha recibido críticas desde distintos sectores. Hay quienes consideran
que la sociedad sin clases es imposible (siempre algún grupo ostentará poder;
en el caso del comunismo, serían los burócratas). Por otra parte, muchos creen
que el capitalismo y su afán de ganancia es el único
sistema que promueve el desarrollo económico.
El
régimen de Nicolae Ceausescu
A
lo largo de la historia han existido diversos gobiernos comunistas;
sin duda uno de los que se ha destacado negativamente por sus políticas
genocidas y programas anticonstitucionales fue
el régimen de Nicolae Ceausescu, quien gobernó Rumanía entre los años 1945 y
1989 y fue derrocado violentamente por la revolución
popular; cabe mencionar que Rumanía fue el único país de
Europa Oriental que consiguió deshacerse de su líder a través de la fuerza.
Unas
décadas más tarde el comunismo de Ceausescu fue catalogado de ilegítimo y criminal;
pese a lo obvio que puede resultar esta declaración, fue Rumanía el primer ex
miembro del bloque del comunismo que dio este paso y lo hizo después de una
intensa investigación realizada por el historiador Vladimir Tismineanu en la
que se analizaron los crímenes y los abusos de
la dictadura.
Durante
el mandato de Nicolae Ceausescu las clases más desfavorecidas fueron los
pobres, quienes condenados al hambre, al frío, a la falta de recursos sanitarios y de educación sufrieron una
devastadora aniquilación; además, se implementaron políticas de exterminio a
todos los que se opusieran al régimen, torturándolos y asesinándolos
indiscriminadamente.
La
aceptación de los crímenes por parte del actual gobierno rumano no es, como
muchos han creído, una postura anti-rumana, sino el deseo de limpiar el pasado, de condenar a los que se
han comportado de forma inconstitucional a fin de caminar limpios hacia una
democracia más real. Cabe mencionar que no hace mucho este país ha sido
aceptado para formar parte de la Unión Europea.
Diferencias
entre comunismo y socialismo
Aunque
muchas veces se utilizan como sinónimos, debe tenerse en cuenta que comunismo
y socialismo no son lo mismo.
Mientras
que el comunismo propone medidas
radicales para la expropiación de la propiedad individual para
ser explotada por el Estado y sus consecuencias son reales; el socialismo es una doctrina, no propone medidas
efectivas de cambio sino un plan de economía económico
que se basa en la posesión democrática y el control administrativo colectivo de
los sistemas de producción, junto al control de las estructuras políticas por
parte los ciudadanos.
Ambas ideologías se
basan en una serie de escritos y estudios desarrollados a lo largo de la
historia por diversos pensadores; de este modo, el comunismo se apoya en las
ideas propuestas por Carl Marx y Friedrich Engels mientras que el socialismo lo
hace en las plasmadas por Henri de Saint-Simon y Carlos Fourier (aunque éstos
también tenían ideas marxistas).
Cabe
mencionar que pese a que muchos aseguran que el socialismo es la fase previa al
comunismo, algunas corrientes políticas las separan rotundamente colocando al
socialismo en un límite más cercano a la democracia y
al comunismo, cerca de los regímenes autoritarios e
inconstitucionales.
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